¿Te has preguntado QUIÉN SOY?
El preguntarse quién soy o qué soy, abre las puertas hacia el encuentro con uno mismo. Descubriendo lo que en Verdad somos.
Es una pregunta que no tiene una sola respuesta, por el contrario, tiene cientos de respuestas, y todas son válidas. Cada respuesta es una porción de ti. Y cada porción te forma.
Con la sola pregunta de ¿Quién soy? se activa en el interior todas las respuestas.
Aquellas que no escuchamos porque no estamos atentos. Porque no sabemos escucharlas, nadie nos enseñó. No las escuchamos porque es más fácil no hacerlo.
Escuchar nuestro interior para descubrir quiénes somos, es parte fundamental del encuentro y conexión con el Ser que nos habita.
Las respuestas a las pregunta ¿Quién soy? Nos abre las puertas al recordar. Porque lo hemos olvidado. Olvidamos nuestra Verdad y Esencia más pura.
Recordar y permitirme recordar es una función fundamental en el juego de la vida.
Si tendríamos que definirnos bajo la condición de no decir nuestro nombre, ni datos personales, ni parentesco (hijo de; padre de; pareja de; amigo de; etc.), ni profesión (medico, ingeniero, coach, constructor, etc.), ni tampoco decir adjetivos calificativos (lindo, alto, bajo, flaco, rubio, morocho, bueno, tímido, atrevido, bondadoso, simpático, mal humorado, etc.) ¿Qué es lo que quedaría? ¿Como nos definiríamos? ¿Qué diríamos de nosotros?
Si observamos con atención, todo este tipo de definiciones son sociales, culturales, familiares. Son arquetipos ya marcados que copiamos con el fin de “encajar” en algún grupo social. Siguiendo masas, evitando el desplazamiento, la discriminación, la burla. Buscando la aceptación, la aprobación, la integración, la pertenencia. Sin darnos cuenta que estamos cegados por creencias que lo único que hacen es limitarnos, llenarnos de miedos, culpa, ira, tristeza, victimismo. Creencias que nos hacen vibrar en el olvido de quien soy en Verdad. Alejándonos de nuestra esencia, de nuestro Ser, alejándonos y distrayéndonos de lo que “debemos” hacer.
Esta pregunta te llevará a un lugar profundo de ti mismo. Solo debes estar dispuesto y atento a las respuestas.
Las respuestas se presentan en cada momento. Cada situación es una oportunidad para conocerte y descubrir quién eres en ella y sin ella.
Es un hermoso trabajo interno de atención, disposición y reconocimiento consciente de aquello que nos habita.
Por ejemplo, en una caminata por el parque sientes que estas conectado a los arboles, que ellos te hablan, sientes ganas de abrazarlos y quedarte allí con ellos. Te sientes un árbol. Entonces, eres un árbol. El árbol es parte de ti. Una porción de ti es un árbol. Así haz descubierto una respuesta a tu pregunta de ¿quién soy?
Anímate a jugar con la vida y a encontrar las respuestas escuchando a tu alma.